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La justicia norteamericana falló a favor de La Dolfina y Adolfo Cambiaso en el juicio contra el laboratorio Crestview Genetics

Por Paz Bregua

Mayo

La empresa tendrá que devolver clones, tejidos y material genético.

En el año 2005, Adolfo Cambiaso le compra a su hermano uno de sus mejores caballos, Aiken Cura. Al año siguiente, el padrillo sufrió una fractura de la mano izquierda en plena final de Palermo: "Sálvenlo. A ese sálvenlo como sea", pidió y rogó. Antes de su fallecimiento por complicaciones en su recuperación, el capitán de La Dolfina les pidió a los veterinarios de su equipo que tomaran una muestra genética y la crioconservaran en un laboratorio de Buenos Aires.


“En algún momento, el clonaje va a funcionar”. El polista había tenido una idea premonitoria.


Tres años más tarde, Alan Meeker, un petrolero texano con intereses en la clonación de especies, se acercó a Cambiaso, y a su esposa María Vázquez. Les ofreció entrar en un negocio conjunto de clonación y venta de algunos de los mejores caballos de La Dolfina usando su material genético.


Luego de una reunión inicial en Londres y meses de negociaciones, celebraron un acuerdo llamado “contrato de clonación de caballos”, mediante el cual Crestview Farms le pagó a Cambiaso un millón de dólares a cambio de poder extraer tejido de cuatro de sus yeguas para clonarlas y finalmente quedarse con algunos de los clones, entregar otros a Cambiaso y vender los restantes. Según el mejor polista del mundo, en esas discusiones siempre quedó claro que los clones de su cría no se destinarían a la venta y sólo podrían ser usados por los equipos de La Dolfina.


En noviembre de 2020, Meeker le comunicó a La Dolfina S.A que había vendido tres caballos clonados a un tercero, con el argumento de que el contrato firmado en 2009, le daba a su compañía, el derecho de hacerlo, y que un acuerdo posterior – sellado en 2019 – era diferente, ya que había sido firmado por otra compañía, Crestview Genetics.


En diciembre, se plantearon varios pleitos cruzados: Crestview demandó a Cambiaso, La Dolfina SA y La Dolfina LLC ante los tribunales federales del estado de Texas y La Dolfina LLC por violación del contrato entre las firmas y La Dolfina SA y Cambiaso demandaron a Crestview, a Meeker (su gerente) y a Crestview Genetics LLC ante los tribunales del estado de Florida y también en Buenos Aires, por violación de la ley de marcas, daños e incumplimiento de los términos del acuerdo, que otorgaba derechos de licencia limitados a la empresa, y no a la propiedad absoluta del material genético original de los caballos.


La disputa judicial giró alrededor de Dolfina Cuartetera, reconocida como la mejor yegua de todos los tiempos. “Sale una en mil millones”, describió alguna vez Cambiaso. En la demanda, el capitán del equipo azul de Cañuelas, solicitó que se incautara todo el material genético de sus caballos para evitar nuevas clonaciones.


Cuatro años más tarde, la justicia norteamericana falló a favor de La Dolfina S.A y Adolfo Cambiaso: la genética de Cuartetera es de su propiedad.

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